Tuve ocasión en reiteradas oportunidades de cruzarme con varios de los llamados poetas del cortejo, esos que andan siempre rondando los oficialismos bipolares extremistas, de aliados de la Cia o ultraizquierdosos de la lucha violenta que ampara a los pícaros manipuladores de la propaganda subliminal de las democracias pro monárquicas, al tiempo que les apura el asunto de la venta ilegal de armas de guerra.
Esta subespecie de condoritos, lejos de admitirme en la comunidad de los vates, se empeñan en ignorarme me trataron con aprehensión, envidia, resentimiento y falta de respeto. Hasta hace poco tiempo, y a raíz de los sucesos sobre la herencia política de Perón, ante testigos presenciales, supe el porqué.
Me humillaron con epítetos groseros (CERDA, MARRANA, GORILA LUCY, BALLENA UILI, IMBÉCIL, LORITO, EL PACO, EL DENGUE, LA PANDEMIA PORCINA, LA BRUJA DE MENEM, LA YETA, LA YUCA, LA COLA DE CABALLO, LA RUBIA DE LA CUARTA FILA, LA ÚLTIMA DE LA FILA, VIEJA LOCA, INTOXICADA, ESQUIZOFRÉNICA, DELIRANTE, PARANOICA, HISTÉRICA...) todo por no mencionarme con nombre y apellido: Lucía Angélica Folino.
Internet me dio la oportunidad de usar mi nombre y ante la ola de agravios en los juegos de roles del espionaje virtual y mediático, tuve que caer en el nick, pero al advertir la imprudencia de seguirles el juego perverso, mi nick fue y sigue siendo el mismo: mi verdadera identidad al descubierto.
Fui la primera en reclamarles que se sacaran la careta de carnaval y no era justo sentir miedo ante su temeridad en barra, la misma de "Néstor en bloque" mayoritario que hoy promueve su lamentable YO O EL CAOS.
Cito un ejemplo ante testigos numerosos: en el año 2003, delante de un grupo de estudiantes de Letrística en SADAIC, la titular de la cátedra D.Bellesi me espetó públicamente: "vos no sos combativa", cuando dos años antes había sido la principal mentora del "que se vayan todos", recabé apoyos en España para derrocar la corrupta presidencia de De la Rúa (cuyo hijo Antonio es Secretario de la Fundación Alas, de la que hablaré más adelante y tiene vínculos estrechos con la CIA, el narcoterrorismo latinoamericano y las reuniones frente al mar Caribe, para acordar pautas de políticas a seguir para mantener a los privilegiados del Hay Festival, de los Etiqueta Negra, y que me mantiene en top secret, top manta de la SONY BMG, para beneficio de un grupete cerrado de acomodados y mediocres compositores, publicistas y guionistas de la trivia).
El "cacerolazo" fue un genuino estallido popular. Comenzó como un regalo por mi cumpleaños del grupo español el 19 de diciembre, y tuvo la adhesión masiva e imprevisible del pueblo resistiendo pacíficamente las órdenes del Norte. En Alemania se lo conoció y estudió en Universidades como "el milagro argentino". Aquí los beneficiarios del "peluche" lo abortaron y lo tiñeron de mentiras.
El reclamo de las cacerolas que lograron la caída de un gobierno neoliberal y entreguista y el inmediato llamado a elecciones en el siguiente período en manos de Eduardo Duhalde, fue una idea que añoraba desde las èpocas universitarias, como modo de combatir la dualidad y amparada en el aforismo "ni yanquis ni marxistas, peronistas", cuando rodeada por la milicia de la operación Cóndor que se sentaba en los bancos de la Universidad masónica de Abogacía del Museo Social Argentino, dirigido y coordinado por la Revolución Libertadora del `55, por una parte y los ejércitos revolucionarios sangrientos que me llamaban "gorila Lucy" por adherir a la doctrina de los padres de la Iglesia sobre que "el fin NO justifica los medios", marcando una enorme distancia con el pensamiento maquiavélico.
A los halcones de Bush (Chenney, Rice, Rumsfeld) no les hacía gracia el cambio y por eso mandaron matar a Kosteki-Santillán en Avellaneda. Por la misma increíble lógica de los manipuladores, Adrián Suar ( productor independiente de televisón, norteamericano de origen judío radicado en Argentina y socio del grupo Clarin/Polka) prefirió la sutileza de una película: Luna de Avellaneda. Tal cual uno de mis nicks entre varios, verbigratia Morena de Gala, Lu(na) de Avellaneda, Paco (de Lucía), incógnita, destello, Lucilú y cientos más que iré recordando a través del relato).
Mi activismo político de los Derechos Humanos, socialmente apto para reclamar contra la estrepitosa corrupción de los aliados de U.S.A. y la ultraderecha europea, que seguían manteniendo subrepticias relaciones carnales a través de nuestros embajadores y artistas, fue atribuido tiempo después, por quienes se suponía iban a negociar la LIBERACIÓN contra la DEPENDENCIA premonizada por el Gral Perón, a la "escoria", "resaca", "basura" de la ultraderecha, fatalmente absurdo motor de mis ideales, porque nuestro reclamo de cambio y movilizaciones comenzaron a raíz del nefasto "corralito" que se quedó con los ahorros y las ilusiones del pueblo, desarraigando la confianza en un sistema financiero que ya anunciaba su mortal caída y al que adhieren fielmente cual lacayos sin ideas la familia Fernández K. y los pandilleros de Felipe González, que ordena al Rey Juan Carlos a pedir por qué no me callo. Y no me callo nada.
Las motivaciones teleológicas que sostendrían las mentiras manifiestas del Gran Hermano sionista, la comunidad opusdeísta y la anarcomasonería hispanoamericana quedan explícitas al entendimiento y me permite diagnosticar el atentado a las Torres Gemelas, la Guerra de Irak del 2003, las alianzas de la oligarquía, las falaces atribuciones de armas químicas, la guerrilla mediática y los sucesos son por todos conocidos y me eximen de mayores comentarios.
La falta de compromiso de personajes que siguieron trabajando como empleados del grupo Prisa, del grupo Clarin y asociados de los gobiernos oficialistas (al punto de reclamar un subsidio para escribir, en lugar de reclamar mejoras reales en la economía y la educación en general y que se dediquen al apoyo para editar obras de calidad los empresarios del negocio), ofusca y nos provoca repugnancia.
No. No son poetas. Son siervos. Descerebrados. Pedigüeños tontones que miran "al otro lado del río" para recibir un Oscar de la renta vitalicia.
A estos pillos, que se autocomplacen premiándose entre sí y se consideran la elite poética de la historia, amparados en la "gran complicidad del contubernio" de la Mesa Redonda (los muchachos de la Doce... tan contentos) con su silencio de omertà les dedico este poema:
A quienes quieran algunos nombres de quienes bajaron la cabeza y se vistieron de rojo para alardear sobre su santidad espiritual, y ante mi reclamo o me endilgaron motes desquiciantes -independientemente de la profesionalidad que se presume en ellos- aquí van:
Juan Gelman.
Rafael Alberti.
Ángel González.
Santiago Kovadloff.
Diana Bellesi.
Juan Cruz.
Luis García Montero.
Benjamín Prado.
Mario Benedetti.
Joan Manuel Serrat.
Joaquín Sabina.
Ismael Serrano.
Chus Visor.
Universidades y sectas propias del sistema de la verticalidad.
Editoriales agentes de grupos macroeconómicos.
Letristas de SGAE y SADAIC que amparan la masonería de los colegiados para beneficio que les otorga la posibilidad de cobrar derechos a unos pocos nombres propios (que pagamos entre todos y reciben unos pocos enchufados del sistema de trenzas y links).
Es tan bochornosa la liga que hasta utilizan testaferros y seudónimos, fictos para no revelar que el cancionero popular lo digitan cuatro cabezas y sus familias de acólitos, secuaces. Familia que extienden a las redes de la pornografía, la prostitución, la sodomía y la pedofilia que encubren murmurando.
Lo digo con todas las letras.
Son muy buenos, son estupendos, tal vez sea cierto. Es su laburo. La biblia y el calefón.
¿Son genios? ¿Son poetas? ¿Construyen arte? No.
El meollo del problema es que los creadores y artistas realmente geniales no pueden (o mejor: no podemos) avanzar porque ellos mismos fabrican un "cinturón de seguridad", fabrican un inexplicable cerco que impide el acceso, una escalera al cielo que nos omite por furia y que adornan con palabras académicamente genuinas, por orden sistémica de sus escuelitas de psicología castrense, su ateísmo a ultranza o su militancia eclesiástica a rajatabla. Un vehículo que desemboca en el Parnaso y que nos quiebra las piernas y demuele nuestra obra, sumiéndola en la emboscada del anonimato y el plagio, que muchas veces han llamado "homenaje", para cobrarse sus regalías y aparecer como pueblo, cuando en verdad son parte del nepotismo ilustrado que por su avaricia está permitiendo el retroceso mundial y la vuelta al feudalismo medieval absolutista, con la consabida consecuencia directa de desembocar en la Tercera Guerra Mundial pergeñada por la sinarquia internacional a través del plan británico norteamericano de los Hamilton/Pike/ en complot con la masonería del rito escocés, la de Barcelona, la francmasonería, la logia de Barcelona, la Propaganda Due y demás sectas amantes de los secretos de Estado y Vaticano, porque están dentro del circulo de tiza caucasiano del cuento chino de Brecht, y acumulan los derechos de Los liverpooltienses, los rolingas satánicos y los ritualistas de Memphis en las calle de Bobo Dylan entre Talcahuano y las manos de Perón (ex can gallo, gallito de riña, sin pelea).
A continuación el poema de hoy (inédito).
No. No son poetas,
son gerentes del negocio,
ejecutivos de cama mullida
y de colchón duro.
Funcionarios del jerarca.
Funcionales.
Huelen rancios como zorrinos
y ensucian el lecho del mar
con su polvo de arenas movedizas
de aspecto populista.
Son toreros,
matadores,
tullidos y cornudos satanases
ávidos de sangre ajena,
a la sombra de una piel a contraluz
de celosías entreabiertas.
Eapías del contubernio viril
de la hembra incólume
al predestinado silencio,
sodomizados por el poder aberrante
bajo el paraguas del "hamás de los jamases"
posible o improbable.
Los héroes saben
que no hay mañana en el desierto,
pero actúan como si cada nuevo día
rompiera la aurora desde su somnolencia
regalando un rayito de sol
tras la rendija de la puerta agrisada.
No son poetas, me repito.
La rareza los destempla y acobarda.
Sus turbulencias eligen adjetivo,
doctrinarias de la elegancia funesta,
sin verdad e las entrañas,
con apatía resignada.
La Palabra cambia el mundo,
ellos la dominan por oficio
mas no la adoran ni la honran.
Su dandismo infinito e inexpresable
no viaja en tren, viaja en avión,
no necesita a nadie, a nadie alrededor...
Soberbia untuosa de impenitentes genios
de la escucha absoluta del hilo musical
y el oído nulo o deshauciado.
"Alineados a la izquierda del soberano
se hallan toos los oficiales del orden civil,
a su derecha todo el orden militar",
embestía Charles B.
en Pompas y solemnidades.
Y en el centro presente del mandala
una víctima de la arbitrariedad:
la Tercera Posición,
femenina y sutil,
estratégica y noblemente peronista.
La que se conduele del semejante,
la que busca el justo medio peripatético
y prende semáforo rojo de advertencia.
-Alto improvisados, caricaturas de la decadencia,
De Comandante de los Pueblos a Generala servida.
-Por aquí, Atila y sus caballos de batalla
no pastarán nuestras tierras.
La hierba está en cuarto creciente.
La luna, llena.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario