viernes, 22 de mayo de 2009

FELIPE SOLÁ EN LA PUERTA DE LA SEDE DEL RACING DE AVELLANEDA Y YO.

Dicen que es mejor llegar a tiempo que ser invitado.

Tarde de perros.

Esta tarde, a las 17 horas aproximadamente avanzaba una columna de vecinos, fotógrafos, asesores, cámaras, etc, apoyando la candidatura de Felipe Solá como opositor del clan K., aliado con De Narváez, Macri, Arslanian y otros personajes que se tenían que ir todos y se quedaron a vivir en las cuevas del Congreso.

Camarón que se duerme se lo lleva la corriente, así que impulsada por la necesidad de blanquear al pueblo argentino los hechos que vienen hostigando las ideologías de la resistencia pacífica, con la situación pactada por un grupo de traidores, me adelanté por la vereda de enfrente de la Avenida Mitre, crucé a paso firme la ancha arteria, y salí al cruce de la multitud, a la altura de la sede del Racing Club. Luis Otero sabe todo, repito, pero TELENOCHE NO INVESTIGA sino que vende los productos del Gran Hermano.

La oportunidad era ideal. Solá de espaldas a mi dirección hablaba sobre sus programas de gobierno para la Legislatura. Entonces, con la mayor suavidad posible le toqué el hombro advirtiéndole mi presencia.

Cuando gentil y galante se dio vuelta, le dije quien era y demandé si él ignoraba que yo estaba proscripta por la CIA. Me respondió que no sabía nada. Por supuesto que esto es falso, dado que el gobernador Scioli conoce al dedillo la historia y él fue su aliado durante décadas. También la conoce Mauricio Macri por boca de su secretario Jorge Alvez, y sus asesores de gobierno, entre ellos Gustavo Escoz, ex compañero de estudios de mi carrera de Derecho en la UMSA.

Me consta que así es, y respecto del gobernador Scioli, por el testimonio de uno de sus cámaras, y porque además, me saludó explícita y personalizadamente el día del acto en el que Kirchner abrió su campaña en la Provincia en el Teatro Roma. El día mismo en que lo abucheara pidiendo la libertad del derecho de réplica y el levantamiento de mi castigo intelectual ante funcionarios de prensa y afiliados de su partido en la localidad de Avellaneda y que el marido de la Presidente bajara la cabeza consternado y escapara a toda moto.

A la luz de su "supuesto" desconocimiento, agregué que el motivo de mi proscripción estaba relacionado con el corte de manos de Perón y que la conspiración de alianza entre radicales, peronistas y ultras seguía expresas órdenes del Norte. Siguió inmutable mi discurso. Dijo que lo del corte de manos lo sabía pero el resto no.

Los reporteros grababan, filmaban, vivaban y me saludaban con énfasis. Cuando repetí que era Lucía Folino, y di mis alias de encubrimiento mediático, una señora delgada, teñida de rubio, que será diputada casi con seguridad y de la que ignoro su curriculum político y que luego me dijeron que se llama Mónica López, se sonrió con sorna al escuchar mi apellido e hizo un gesto que la puso en evidencia.

No podía soportar que los medios, lejos de acojonarse estuvieran, en gran parte, al tanto de la historia del ocultamiento y de cómo se había perdido para siempre la Tercera posición peronista en manos de las sucesivas entregas por la ultraderecha canónica, del patrimonio a ministros educados en Harvard u Oxford, que actúan para intereses personales y foráneos, que provocan colapsos masivos a la sufrida población y que están en libertad como si sus obrados hubieran sido apenas regular, cuando en realidad son los causantes de la debacle nacional, del nepotismo de los criminales y de la derrota de la Justicia Social.

Sigamos con Felipe. ¿Qué hizo el hombre en cambio?
Respondió: "ah bueno, la felicito, y como yo estoy en campaña para ganar déme un beso". Ese tipo de actitudes seductoras son siempre el recurso paliativo que desgranan los hábiles y entrenados cómplices del silencio.

Un beso no se le niega a nadie. Así que se lo di y le propuse que en lugar de utilizarme para su campaña me blanqueara de la etiqueta negra que nos iba a ir mucho mejor a todos los argentinos.

Obviamente, aclaré a los trabajadores de prensa que nada de lo sucedido iba a poder ser publicado, pero me conformaba con el documento sobre las personas que ya no pueden seguir afirmando en lo sucesivo: "No sabía nada", impunemente.

Ahora saben. Si no hacen nada es otro cantar. Dios y la Patria se los demandarán y no tendrán nuevas excusas para sus mezquindades y sus secretos de omertà.

Expliqué el asunto de la LEGALIZACIÓN DE LA DROGA para derrotar el negocio del narcotráfico violento y egoísta, y aclaré, -por si hiciera falta- quien era el paco de lucía, el dengue y la gripe porcina, para que cuando vean los noticieros apócrifos de TN, canal 26, cvn, América y los de los multimedios Clarin, Haddad y Prisa/Continental aprendan a cerrar balances e inventarios.


¡Qué manera de aguantar!

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